LOS ÚLTIMOS DÍAS

Para poder entender los pasajes bíblicos que describen los diferentes fenómenos profetizados para los últimos días, es necesario entender la voluntad de Dios para la meta de la creación, la cual es la base de la providencia de los últimos días. En los últimos días, como ya hemos aprendido, la maldad será destruida, porque Dios no puede realizar Su meta original hasta que ponga fin al mundo de maldad. Pero más importante, serán el tiempo en que la meta de la creación será realizada. Una vez que entendemos que la historia de la humanidad es la historia de la providencia de Dios para realizar la meta de la creación, es fácil ver que los pasajes bíblicos que predicen calamidades terroríficas para los últimos días, tal como la destrucción de los cielos y la tierra, no pueden ser tomados literalmente. Si no hay que entender literalmente estos pasajes, ¿qué significan?

A. Los cielos y la tierra destruidos; nuevos cielos y una nueva tierra establecidos (II Pedro 3:12, Génesis 6:13, Isaías 66:22, Apocalipsis 21:1)

El Génesis 6:13 dice que Dios quiso destruir la tierra en tiempos de Noé, pero sabemos que en realidad no lo hizo. Otra parte de la Biblia nos asegura que la tierra es eterna: Una generación va, otra generación viene; pero la tierra para siempre permanece. (Eclesiastés 1:4). También dice que Dios construyó como las alturas del cielo su santuario, como la tierra que fundó por siempre. (Salmos 78:69)
El plan concebido por Dios en el jardín del Edén—el del eterno reino de los cielos en la tierra—es uno que con toda seguridad va a realizarse. Dios, un ser eterno, quiere establecer su reino eterno en la tierra, y por eso la tierra también debe ser eterna. Si Dios destruyese la tierra, Su meta de la creación—el reino de los cielos en la tierra—nunca podría realizarse.

Entonces, ¿cuál es el significado de los versículos bíblicos de II Pedro 3:12, y de Isaías 24:19, los cuales se refieren a la destrucción de los cielos y la tierra? La destrucción de los cielos y la tierra que describe la Biblia, significa la destrucción de la soberanía satánica que ha controlado los cielos y la tierra desde la caída. La aparición de nuevos cielos y una nueva tierra, significa el establecimiento del reino de los cielos centrado en el Mesías, bajo la soberanía de Dios.

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