¿QUÉ ENSEÑA EL PRINCIPIO DIVINO?

Según el Principio, Dios es el origen del amor y del corazón. El motivo de Dios para crear es la realización de Su ideal de amor, y la realización de este ideal es la meta de la creación. En el mundo en el cual el ideal de Dios es realizado, la humanidad y todas las cosas tienen el destino de vivir en felicidad y en armonía, con el amor de Dios como la fuente de su vida y su alegría. El mundo en el cual la esfera del amor ideal de Dios es completa, es el reino de los cielos. Dios nos creó en la tierra, y no en el cielo. El ideal de Dios, realizado en la tierra, es llamado el reino de los cielos en la tierra.
Nosotros, como los hijos de Dios, fuimos creados para vivir en este reino de Dios en la tierra. Al dejar nuestro cuerpo físico, nuestro espíritu entraría al reino de Dios en el mundo espiritual, donde viviríamos eternamente. (La relación entre estos dos mundos sería semejante a aquélla entre la mente y el cuerpo en un ser humano.) El reino de los cielos, sea en la tierra o en el cielo, es el lugar donde un individuo quien ha experimentado completamente el amor de Dios, viviría en felicidad eternamente, en una relación ideal de amor con Dios y con otras personas. En el mundo ideal del amor de Dios, no podría haber pecado, mal, injusticia ni restricción.
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 El Principio no solamente demuestra que Dios existe, sino que también explica; el corazón original de Dios y los detalles de Su providencia como se han revelado a través de la historia. Además, fomenta un cambio de carácter para aquéllos que sinceramente desean encontrar a Dios por medio de una experiencia espiritual con el Espíritu Santo. Cuanto más experimentamos el amor verdadero de Dios a través de un entendimiento del Principio, tanto más experimentamos nuestra propia recreación. Y a la misma vez, podemos desarrollar relaciones humanas genuinas y sinceras con los demás.